La fisonomía singular de la isla y su silueta amurallada se perfila con toda claridad cuando nos acercamos a la isla. La iglesia fortaleza destaca imponente sobre la Isla Plana mientras se identifican poco a poco. La puerta de Alicante, las murallas y las casas pintadas de colores recortando se ven desde el horizonte. Los habitantes de esta isla son en su mayoría descendiente de los prisioneros genoveses que van ser liberados de la isla tunecina de Tabarka, de la cual va tomar el nombre Tabarca.

La Isla de Tabarca es una pequeña isla situada en el Mediterráneo, frente a la costa de la Comunidad Valenciana, en el este de España. Esta isla es un popular destino turístico debido a su belleza natural, su patrimonio histórico y sus playas de aguas cristalinas. La Isla de Tabarca es el único asentamiento habitado de la provincia de Alicante, y cuenta con una interesante historia. Fue utilizada como base de los piratas berberiscos en la Edad Media, y posteriormente, en el siglo XVIII, fue fortificada por el rey Carlos III como defensa contra la piratería.

En la actualidad, la Isla de Tabarca es un lugar ideal para disfrutar de un día de playa y sol en un ambiente relajado. La isla cuenta con varias playas de aguas cristalinas, como la Playa Grande, la Playa de la Cantera o la Cala del Francés. Además, es posible practicar deportes acuáticos como el snorkel o el buceo en sus aguas, que son ricas en fauna y flora marina. También es posible visitar el casco histórico de la isla, que cuenta con calles empedradas, casas blancas y una hermosa iglesia del siglo XVIII. La isla también ofrece una amplia oferta gastronómica basada en productos del mar, como el caldero de Tabarca o el arroz a banda.

Santa Pola es el punto más cercano de la Península a Tabarca, única isla habitada del litoral valenciano, situada aproximadamente a unas 3 millas de la costa. Desde el puerto de Santa Pola, parten embarcaciones durante todo el año hacia la isla, declarada en 1964 conjunto histórico nacional. Nova Tabarca o Illa Plana, tal como aparecen en los documentos históricos, es, en realidad, un archipiélago pequeño constituido por una isla principal, Isla Plana, i los islotes de la Cantera, la Galera, i la Nau, también están los numerosos escollos o barreras de piedras como el Negre, el Roig, el Cap., el Moro, la Sabata o la Nevera.

 La isla de Tabarca, tan sólo tiene 1.800 m. de longitud y 400 m. de anchura máxima, pero que se estrecha en forma de ocho en su tercio oeste, a la altura del pequeño puerto por el norte y la playa de arena por el sur. Lo interesante es lo que alberga en tan poco terreno, como la villa fortificada (siglo XVIII) con tres puertas de acceso, iglesia con sótano que comunicaba con el mar, y no puede faltar el castillo, Casa del Gobernador, cementerio, donde acabaron sus días muchos marineros y el faro.

 Pasear por el conjunto urbano del siglo XVIII en la Isla Nueva de Tabarca es un verdadero placer. La reserva marina es de gran importancia, con aguas limpias, trasparentes y cálidas de una gran belleza. En el extremo de la playa montan guardia con prismáticos los guardas costeros que velan por la integridad de esta valiosa costa. La playa es de guijarros en la orilla y de arena en los fondos.

La Playa Central es la única playa de grava y arena que hay en la isla, de unos 200 metros de longitud y 20 metros de anchura donde recalan la mayoría de los turistas que visitan la isla. La Playa Central cuenta con duchas, Lavapiés, servicios, alquiler de sombrillas y hamacas, puesto de socorro y señalización de peligro etc. Las calas más representativas de la isla son las Calas dels Birros, la Guardia y de la Cova del Llop Marí.

Tabarca es un lugar privilegiado con una historia de piratas berberiscos que asolaban con sus ataques las costas mediterráneas, actuaban desde el Norte de África. Este fue el motivo principal por lo que la isla fue fortificada. De esta época (s. XVIII) quedan las murallas, las puertas de San Gabriel, San Miguel y San Rafael, la torre defensiva de San José, la Casa del Gobernador en la actualidad ha sido restaurada y acoge un hotel y la Iglesia de San Pedro y San Pablo. En el extremo oriental de la isla se encuentra el faro, del s. XIX. Es además un auténtico paraíso marino y en abril de 1986 fue reconocido como la primera reserva marina del país, la trasparencia absolutas de las aguas es espectacular y su fauna y flora hará las delicias de los amantes del buceo.

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