Dr. Francisco Javier de Balmis y Berenguer (Alicante, España 2 de diciembre de 1753 – Madrid, España 12 de febrero de 1819) médico y botánico. Su vida estuvo dedicada a la medicina, fue precursor en la investigación de la vacunas, y en particular la de la viruela, considerada una de las enfermedades más letales a la que se a enfrentado la humanidad y de las que más muertes ha causado.
Hijo y nieto de cirujanos, siguió desde muy joven la tradición familiar. Al terminar los estudios secundarios ingresó, a los diecisiete años, como practicante en el Hospital Real Militar de Alicante, donde, durante cinco años, se formó trabajando junto al cirujano mayor de dicha institución.
En 1775, sirvió como practicante militar en la expedición al mando del general conde de O’Reylli, que la armada española envió, por mandato de Carlos III, contra Argel, con el objetivo de acabar con las incursiones de piratas berberiscos por el levante peninsular. Tres años más tarde obtuvo el título de cirujano, tras aprobar el examen reglamentario ante el Tribunal de Protomedicato de Valencia.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacúnale, entre 1803 y 1806, extendió la vacuna antivariólica por América y Asia. Y convierte en héroes al Dr. Balmis y a la enfermera Isabel Zendal, de un hecho que es reconocido como un hito en la historia de la medicina, y por los pueblos latinoamericanos, como el gesto más importante desde el descubrimiento del Nuevo Mundo, difundiendo la vacuna contra la viruela, no sólo en América sino también en Filipinas, Goa, China y Santa Elena.
En el siglo XVIII la viruela era considerada una enfermedad letal para las personas que causaba elevadas cifras de mortalidad, y tenía una importante consecuencia en la economía y al mismo tiempo creaba una extraordinaria alarma social. Y no podemos olvidar las secuelas y estragos que la viruela producía en las poblaciones de los territorios de ultramar que pertenecían a la Corona de España, incluso el rey Carlos IV, había perdido un hijo como consecuencia de la viruela, emitió un edicto en el que anunciaba la formación de una expedición con la misión de vacunar gratuitamente a la población, enseñar a preparar la vacuna en los dominios de ultramar y organizar juntas municipales para llevar a cabo un registro y mantener suero para vacunaciones futuras.
Con este fin, se le encarga dirigir la expedición a Balmis, siendo vicedirector el Dr. José Salvany y partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 en la corbeta María Pita. Aparte que este viaje constituye una de las expediciones de salud pública más excepcional de historia de la humanidad. Pero lo más curioso como llevaron la vacuna los territorios de ultramar, eligieron a 22 niños de la casa de Expósitos de La Coruña “Expósito es el recién nacido que ha sido abandonado o entregado por sus padres a instituciones de beneficencia” y así la vacuna se mantenía por inoculaciones de brazo a brazo entre los niños. Asimismo Balmis llevaba miles de ejemplares de un tratado en el cuál se recogía cómo se debía vacunar y cómo había que conservar el suero. La expedición llegó a Puerto Rico, pasando después a Venezuela, desde donde se divide en dos grupos, uno dirigido por Salvany, que extiende la vacunación por Sudamérica, y otro dirigido por Balmis, que se dirige a Cuba, extendiendo la vacuna por Méjico y posteriormente Filipinas, Macao y Cantón, regresando a Madrid en junio de 1806 tras sufrir múltiples penalidades y muchas incomprensiones.
El Dr. Balmis era un hombre muy bien formado intelectualmente, que afrontaba el peligro con valentía y su único interés era siempre el bien de los demás. Por tanto su elección por el Rey Carlos IV como director de la expedición no fue porque si, ni por influencia de ningún personaje importante. Por el contrario, en su persona coincidían las mejores dotes de organización y mando, además de haber dedicado más de 50 años a la sanidad y haber estado en América en repetidas ocasiones. Y dedicó más de cinco décadas al servicio de los demás, para él era tan esencial proteger la vida como la trasmisión de la vacuna en los territorios hispanos de Ultramar, a los que consagró más de media vida. En el año 2.003 se celebró en España el bicentenario de la expedición dirigida por Balmis, formándose una comisión nacional para difundir y celebrar este evento. La hazaña vivida por los componentes de esta expedición puede considerarse como la primera acción de cooperación sanitaria internacional llevada a cabo por nuestro país y fue el primer gran paso en la erradicación de la viruela en el mundo.
Y no podemos olvidar a Isabel Zendal Gómez (Santa María de Parada, Órdenes, La Coruña, 1771-Puebla de los Ángeles, Nueva España) fue la enfermera rectora del Orfanato de la Caridad de La Coruña. Que participó en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de Francisco Javier Balmis cuidando de los veintidós niños de la Casa de Expósitos de La Coruña que viajaron a América, con edades de entre tres y nueve años, y de los veintiséis que fueron a Filipinas, durante los diez años que duró la expedición para llevar la vacuna de la viruela a los territorios españoles de ultramar. Es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera de la historia en misión internacional.
Otros datos de interés:
Fuente:
José Luis Sampedro Escolar. Academia de las Ciencias y las Artes Militares-Sección de Diccionario Biográfico Militar
Instituto Balmis de vacunas
Luismi (lunes, 01 febrero 2021 21:31)
Oigo mucho hablar de Isabel Zendal, la enfermera que transportó la vacuna de la viruela inuculada en niños. Y es curioso que nunca mencionen el hombre que hizo posible que llegará la vacuna al Nuevo Mundo el doctor Balmís.